12 de noviembre de 2016
11:00 horas
Lugar de encuentro
Mercadona, frente al Parque
de Bomberos de las Tres mil Viviendas
Duración: 2 horas, aproximadamente
El proyecto original para la construcción del PARQUE RIBERAS
DEL GUADAIRA se presentó en 2006 – con el objetivo de regenerar las márgenes
del Río Guadaira en Sevilla y recuperar la calidad ambiental de esa zona, que
se encontraba aislada del núcleo urbano de la red ferroviaria y viaria que la
circundaba, lo que había potenciado su degradación y marginalidad. La ejecución
del proyecto modificado comenzó en 2007 y concluyó a finales de 2010. En 2011
se disponía de un nuevo parque
La superficie es de 54 Hectáreas estructurada en tres grandes
zonas:
Zona oeste, enclavada entre la SE-30 y la
ciudad. Con una superficie de 17 hectáreas, presenta dos áreas perfectamente
diferenciadas.
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La parte sur es una zona ajardinada que,
recorrida por un carril bici, presenta césped con catalpas, palos borrachos,
olivos, árboles del amor y algunas encinas.
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La parte norte es una zona de albero, reticulada
por la disposición de ficus y jacarandas alineadas que delimitan pequeñas
parcelas que permiten la instalación de un mercadillo ambulante
Zona este, ubicada en la orilla izquierda del
Guadaira. Aunque se realizaron diversas plantaciones en sus 8 hectáreas, ha
quedado desvinculada de la zona de paseo tras desaparecer parte de la
vegetación próxima a la ribera como consecuencia, entre otras causas, del
pastoreo incontrolado
Núcleo Central, situado entre el río Guadaira y la
SE-30, con unas 29 hectáreas, corresponde al parque propiamente dicho.
El parque tiene un gran atractivo paisajístico. Con una
ribera muy agradable, grandes zonas de césped, caminos de tierra, viales
pavimentados, caminos recubiertos con tablones de madera perfectamente
integrados en el entorno, carril bici y una vía perimetral que permite recorrerlo
de forma circular. Parque de aire paisajista
Aunque parte de su arbolado es de origen exótico, su
distribución genera un paisaje atractivo formado por pequeños bosques,
formaciones adehesadas, masas de denso matorral y pequeñas masas de arbustos
recortados
Hay algarrobos, acacias de tres espinas, almeces, melías,
tipuanas, eucaliptos, pinos, casuarinas, olivos, olmos, sóforas, cipreses,
árboles del amor, catalpas, parkinsonias, algún olivo del paraíso, alguna
encina, algunos alcornoques, algunos ciruelos de Japón y alguna mimosa
El matorral está formado, entre otras especies por adelfas,
lentiscos, madroños, durillos, ruscos, mirtos, romeros, lantanas, lavandas,
olivillas, retamas, salados, jaras y palmitos
En la ribera proliferan los fresnos, álamo blancos y chopos,
con carrizos y juncos, formando una densa vegetación que proporciona refugio a
numerosas aves acuáticas en las orillas del Guadaira, Además, a lo largo de uno
de los arroyos se desarrolla un bosque formado por grandes tarajes
Singular importancia tienen los restos del Molino de San Juan
de los Teatinos que, tras su rehabilitación estética, aparecen con enorme
fuerza paisajística, testigos fe unas formas de vida distintas, de un pasado
que parece lejano
Durante la construcción del parque se restauraron varios
azudes, pequeñas presas que limitan el
poder erosivo del río y permiten que el agua pueda acceder a las acequias o
canales que parten del cauce principal para regar las zonas próximas o para abastecer
a los molinos. Precisamente, la construcción de uno de los azudes hace posible
que el agua se desvía y pase por el Molino de los Teatinos
La remodelación del cauce del Guadaira, el encauzamiento del
río, e ha realizado protegiendo lo taludes con piezas de cemento perforadas
que, a modo de puzle y rellenas de tierra, permiten que la vegetación herbácea
se desarrolle ocultando el soporte instalado. De esta forma se consigue
estabilizar los taludes del cauce y que la ribera presente un aspecto natural,
aunque difícilmente podrán desarrollarse árboles de ribera en la orilla del río
El parque presenta amplios estanques con agua y formaciones
circulares de nenúfares que le proporcionan gran atractivo. Sin embargo, tras
su apertura, sin vigilancia, estos espacios fueron rápidamente degradados, hoy
sólo quedan tristes contenedores rectangulares llenos de piedras. Sin
vigilancia, parte de las maderas que formaban los caminos han sido
expoliadas.
El Parque presenta un grave problema de accesibilidad: solo
un túnel bajo la SE-30 lo comunica con la ciudad y el carril bici que desde el
núcleo urbano llega a la Universidad Pablo de Olavide. La Integración del
parque en la vida de la ciudad exige que se facilite el acceso al mismo